El hojaldre es una de esas preparaciones de masa que nos encanta y usamos para todo: en pasteles, panes y tartas; dulces y saladas y para cualquier momento del día. Es perfecto para acompañar con cualquier cosa que se nos antoje y su textura crujiente es insuperable. Podríamos decir que es una de las masas básicas en la pastelería; pues con ella se da origen a otros tipos de masas o pastas.
Casi nadie puede resistirse un croissant, una tartaleta o un empanada rellena de atún o pollo, y hecho de hojaldre. Ésta se trata de una masa deliciosa, con mucho sabor a mantequilla y una consistencia a capas tan crujiente, que se roba el corazón de todo aquel que la prueba (por primera, segunda o tercera vez)
Mucho se ha hablado de que hacer hojaldre es una gran prueba debido a que es una receta difícil. Pero no te alarmes. No es así. Más que difícil (y hasta laboriosa), lleva tiempo. En serio, no hay más complicación que disponer de una mañana o tarde completa, durante la que puedas estar haciendo pausas para su elaboración.
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Lo primero que debes hacer es limpiar el área donde trabajarás, así como pesar con mucho cuidado tus ingredientes. Para esta receta sí debes ser muy preciso con las proporciones.
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En una superficie lisa coloca toda la harina. Con tus manos haz un hueco en el medio, a manera de volcán. Vierte ahí la mantequilla derretida y la sal.
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De forma manual empieza a integrar los ingredientes del centro a la orilla. Una vez que acabes haz una bolita con la masa, haz con un cuchillo una cruz grande en su superficie y métela a refrigerar, tapada con un paño de algodón.
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Pasados 30 minutos sácala del refri, llévala de nuevo a la superficie lisa y extiende las cuatro escisiones, de forma que la cruz quede hecha con la misma masa. No importa si no es tan uniforme.
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Entre las dos hojas de papel encerado coloca la barra de mantequilla y, con un rodillo, golpéala un poco hasta que esté más suave y se haya vuelto más delgada y esté más extendida.
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Coloca ésta barra de mantequilla sobre la masa en forma de cruz y empieza a cubrirla con cada uno de los brazos flexibles que se le han formado.
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Una vez que esté completamente escondida dentro de la masa, toma el rodillo y comienza a aplanar la masa en una sola dirección. Cuando quede como de un centímetro de grosor, dobla por la mitad y guárdala en el refri por 20 minutos.
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Pasado el tiempo vuelve a extender la masa en la misma dirección (ojo, eso es muy importante) por unos 10 minutos, y al final vuelve a doblar en dos y a repetir el guardado de 20 minutos.
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Replica éste procedimiento por dos o tres veces más. Ese será el número de capas que tendrá tu masa y definirá cuánta mantequilla habrá entre cada una.
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Cuando decidas que ya es la última vez que la doblas, prepárate para utilizarla directamente en algún pan, tartaleta o cubierta de tu preferencia. ¡Hay muchas recetas en las que tu hojaldre puede quedar perfecto!
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La noticia Cómo hacer masa de hojaldre desde cero. Receta casera tan fácil que nunca volverás a comprarlo en el super fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Ameyalli Roskaritz .
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