Cenar pesado no es una práctica recomendable. No obstante, caemos en ella de vez en cuando. Si eso ocurre y despiertas sintiéndote pesado, con acidez en la parte alta del estómago, reflujo y hasta ganas de vomitar, no te preocupes: hay soluciones para todo. Y lo mejor es que pueden ser totalmente naturales.
Toma nota de los tips que te pasaremos a continuación para que, si no pudiste resistir las ganas de comerte todos esos taquitos al pastor, o esa pizza de carnes y varios quesos, al menos sepas cómo curarte.
El que nunca falla: jengibre
Alguna vez ya hemos hablado acerca de las propiedades curativas para el sistema digestivo, que tiene el jengibre.
En el caso de una indigestión, solo debes cortar laminillas de esta raíz y ponerlas a remojar en agua al tiempo o fría, o bien, hervirlas hasta lograr una infusión. También puedes masticarlo y conseguir el mismo efecto.
Una de las grandes maravillas del jengibre es que desaparece los síntomas desagradables en tu estómago al poco tiempo de haberlo consumido.
Jugo de limón y bicarbonato
No es precisamente un remedio delicioso, pero sí efectivo cuando se intenta mitigar la pesadez estomacal. Lo único que debes hacer es exprimir unos dos limones y agregarles una cucharadita de bicarbonato, luego adiciona agua templada y ¡listo!
Procura tomarlo rápido y pensar en que, claro, no sabe bien, pero te ayudará de inmediato.
Té de canela
Otro clásico. Basta con que pongas a hervir una raja de canela en medio litro de agua, lo dejes ahí unos cinco minutos a fuego bajo y lo dejes reposando otros cinco. De esta forma, todos los beneficios de la corteza se quedarán en el agua y te ayudará a sentirte mucho mejor.
Otro beneficio de la canela es que te ayuda a entrar en calor. Esto es especialmente bueno si la consumes por la mañana o por la noche. Recuerda que no es un ingrediente que contenga cafeína y, por lo tanto, te dejará dormir plácidamente.
Papaya
Hay quienes dicen que comer yogurt con papaya es bueno para agilizar tu tránsito estomacal. Pero no es así. La papaya sí; el yogurt, no. Recuerda que se trata de un lácteo que, lejos de mejorarte, podría hacerte sentir peor (especialmente si eres intolerante a la lactosa).
Corta cubitos de la papaya y colócalos en un cuenco. Si quieres, puedes adicionarle miel y hasta unas gotas de limón. Cómete la fruta a la hora que normalmente desayunas y experimenta alivio gradualmente. Tampoco falla.
Simple agüita caliente
Así como lo lees. Si pones a calentar (no a hervir) un poco de agua, te la sirves en una taza y la bebes lentamente, también te reportará buenos resultados. Hay quienes le agregan hojitas de hierbabuena o de romero. Y sí ayuda, porque además de provocar que tu estómago se libere poco a poco, tiene un efecto relajante por los aromas de las hierbas.
Comienza a activarte fuera de la cama
Quedarte en la cama mucho tiempo, si sufres de indigestión, no es buena idea. Salir a correr, tampoco, porque podrías sentir náuseas. Lo que sí es bueno es activarte dentro de tu casa antes de empezar tus labores, o salir a dar una vuelta. Todo lo que implique acelerar tu metabolismo, sin exigirte demasiado físicamente, es bienvenido.
Recomendación final: espacia tus siguientes comidas
De nada va a servir que apliques una, o varias de las medidas que te sugerimos hoy, incluso a la vez, si cuando apenas te sientas mejor, vas y comer de nuevo en exceso. Recuerda que no es a lo que debes acostumbrar a tu estómago, porque no es sano, y que si lo haces, irremediablemente te sentirás mal otra vez.
Comer es un placer. Mejor disfrútalo tal y como se merece. ¡Buen provecho!
Fuentes: Mejor Con Salud | Medline Plus Gov
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La noticia Cómo aliviar una indigestión por la mañana luego de cenar en exceso fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Ollin Velasco .
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