Un Brunch con Franchesca: Las reglas básicas para congelar

La forma más fácil de conservar los alimentos es congelarlos. Sobre todo cuando sabemos que podemos congelar comida para los días en los que no vamos a tener mucho tiempo de cocinar, pero queremos comer comida casera. El proceso de congelación es bastante sencillo, pero podemos aprender algunos trucos que nos harán la vida más fácil.

Empecemos con algunas reglas básicas. Nunca congeles en frascos de vidrio, a menos que especifiquen que son seguros para congelar. El vidrio que no ha sido templado tiene el riesgo de romperse, sobre todo si congelas un líquido que puede expandirse a medida que se congela. Nunca uses agua caliente para descongelar algo, ya sea una salsa, un trozo de carne o verduras. El problema es que corres el riesgo de que se empiecen a cocinar los alimentos congelados, cambiando su textura y su sabor.

Fruta

Si quieres mantener la forma de la fruta, porque a lo mejor la vas a utilizar para decorar un pastel, lo mejor es congelarla de forma individual y rápida. Separa la fruta en una charola para hornear, mete la charola al congelador y deja por un par de horas. Retira la charola y coloca la fruta en una bolsa para congelar. De esta manera, evitaras que se congele en un bloque de fruta que después te costará mucho trabajado romper sin dañar la integridad de la fruta.

Para congelar plátanos, lo puedes hacer con todo y su cáscara, sin necesidad de envolverlos, nada más asegúrate de separarlos individualmente de la penca. Ojo, porque los plátanos quedan súper aguados una vez que se descongelan, así que es difícil que mantengan su textura original.

La mayoría de la fruta congelada dura entre dos y tres meses. Para descongelarla colócala en el refrigerador o déjala a temperatura ambiente. Debido a su alto contenido de azúcar, las moras y las frutas rebanadas se tardaran alrededor de 30 minutos para descongelarse a temperatura ambiente. En muchas recetas de reposterías puedes agregar fruta congelada directamente a la masa.

Verduras y Hierbas

Siempre antes de congelar, lava las verduras y hierbas, y córtalas del tamaño que las vayas a utilizar, de lo contario se aguadaran un montón. Si quieres que un ingrediente mantenga su textura crujiente después de descongelarla, es mejor blanquearlas antes, por ejemplo brócoli o chícharos. Por el contrario, los vegetales de hojas verdes y las verduras que se hacen blandas cuando las cocinas (calabacita, berenjena o jitomates) las puedes meter directo a una bolsa de congelador. Las verduras congeladas duran aproximadamente de dos a tres meses.

Cuando se trate de congelar hierbas, aplican las mismas sugerencias: límpialas antes y córtalas al tamaño que las vayas a utilizar. Un truco que ha circulado por las redes sociales, recomienda colocarlas en charolas de cubitos de hielo y cubrirlas con agua. Una vez que se hayan congelado, puedes desmoldarlas y guardarlas en el congelador en una bolsa. Las hierbas duran aproximadamente de uno a dos meses.

Sopas, cremas y caldos

Aunque no lo creas la mejor opción en estos casos es utilizar una bolsa de plástico, especialmente las diseñadas para ser usadas para congelación. ¿Cuál es la diferencia? Las bolsas para congelar son más gruesas que las bolsas normales, lo que permite que no se transfieran los olores. Antes de congelar todo en un solo contenedor, piensa como lo vas a utilizar en un futuro. Por ejemplo, en lugar de congelar tres litros de caldo de pollo en una misma bolsa, colócala en tres bolsas para que al preparar una sopa tengas que descongelar sólo un litro.

Aunque posiblemente una sopa congelada dure más de dos meses, algunas personas opinan que después de ese periodo pierde parte de sus sabores. En cambio, como el consomé es la base de muchas otras recetas, no es tan necesario que conserve su sabor al 100%, así que lo puedes congelar hasta por seis meses. Es importante que nunca congeles una comida que todavía está caliente, déjala enfriar y cuando llegue a temperatura ambiente, entonces es buen momento para congelar.

Para descongelarm lo mejor es dejarla en el refrigerador, ya que aunque es un proceso más tardado, permite un descongelamiento más uniforme. Pero si tienes prisa, coloca la bolsa en un recipiente y dejar correr agua fría sobre ella.

Carne, Pollo y Pescado

En este caso lo mejor es congelarlas en bolsas al vacío, de esta forma se pierde la menor cantidad posible de humedad al descongelarla. Si no tienes una máquina al vacío, trata de eliminar la mayor cantidad de aire posible de la bolsa. Por regla general, la carne roja y el pescado dura en el congelador entre tres y cuatro meses, el pollo dura hasta seis meses. Para descongelar, un día antes transfiere la bolsa al refrigerador. Si no tienes tanto tiempo, colócala debajo de un chorro de agua fría. Nunca congeles en la charola de poli-estireno donde te venden la carne en el supermercado. Existe mucho aire entre la carne y el empaque, y es posible que al descongelar te encuentres con un sabor raro.

Masas y productos de panadería

Si quieres congelar productos de panadería como galletas o bollos, sólo colócalos dentro de una bolsa y elimina la mayor cantidad de aire posible. Los productos horneados, como los panes enteros, se secan rápidamente, por eso siempre debes de envolver herméticamente con plástico y luego envolver con papel aluminio o colocar dentro de una bolsa para congelador.

La masa de las galletas es una de las cosas ideales que puedes congelar. Dales la forma que quieras, coloca en una charola o en un plato plano, después de unas horas colócalas dentro de una bolsa de plástico. Lo mejor es que puedes hornearlas directo del congelador, añadiendo un par de minutos extras. Las galletas o las rebanadas de pan duran entre uno y dos meses, los productos más grandes como las barras de pan, los pasteles o las masas con levadura, duran entre dos y tres meses.

Como veras, después de conocer estas reglas y sugerencias, el arte de la congelación es súper fácil. Asegúrate de siempre marcar las bolsas con el producto que contienen y con la fecha en que fueron congeladas, así será más fácil hacer limpiezas de inventarios.

Vía | Bon Appetit

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