No hay ninguna otra carne tan versátil y fácil de preparar como el pollo. Sin embargo cada corte es diferente, y la elección de la pieza a preparar puede ser la clave entre el éxito o el fracaso de los platillos que llevamos a la mesa. Justamente, la semana anterior he cocinado una lasaña de pollo con espinacas y requesón que aunque su sabor era bueno resulto ser muy seca al paladar; el motivo no fue otro que haberla preparado únicamente con pechuga de pollo.
Esa situación me ha llevado a pensar que, aunque el pollo es un ingrediente noble, debemos aprender a diferenciar sus fortalezas para así poder encontrar el corte o pieza que más se adapte al platillo que vamos a preparar. Después de todo, siempre es importante conocer nuestros ingredientes antes de comenzar a cocinar.
Debemos entender, que cuando cocinamos el pollo, su anatomía es la clave: muslos, piernas, alas y pechuga son diferentes en su composición y por lo tanto, cada una funciona mejor en diferentes tipos de recetas.
Pechuga de pollo
La pechuga es una de las partes del pollo más populares para cocinar, esto es debido a que es una excelente fuente de proteínas, pero también a que es baja en grasa. Además, es fácil de preparar y bien aceptada por los niños. Sin embargo, para poder disfrutar de ella debemos evitar que se reseque.
Para lograr que esta pieza permanezca jugosa después de la cocción, trata de golpearla con un rodillo o mazo hasta aplanarla ligeramente. la regla que nunca falla es cocinarla a fuego alto durante un periodo corto de tiempo, ya sea que estemos salteando, friendo o asando a la parrilla. Por el contrario, si vamos a pochar o escalfar lo mejor será que bajemos la temperatura y cocinemos por un periodo largo de tiempo. Las pechugas de pollo también son una buena opción para ser empanizadas.
Muslos y piernas
Los muslos y las piernas del pollo no suelen ser las estrellas de los platillos, sin embargo son partes mucho más baratas y son perfectas para cocinarse lentamente. Esto es debido a que tienen un mayor contenido de grasas, lo cual también hace que tenga un mejor sabor.
Hay que tener en cuenta que su carne es más firme, por lo que necesitan más tiempo de cocción que una pechuga de pollo. Los muslos, son excelentes para asarlos o freírlos, mientras que las piernas son ideales para hornear y para servir a los niños que gustan de comer utilizando sus manos.
Alas
No hay nada que le quede mejor a las alitas que los aderezos, pues tienen la capacidad de transformar su sabor con pocos ingredientes. Hay que recordar, que el sabor que le impregnemos a las alitas quedará en la piel, la cual le da ese sabor característico y crujiente que todos gusta. Es también la piel, la encargada de que la poca carne que tiene en su interior permanezca jugosa.
Imágen | Pixabay
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La noticia Conoce cual es la mejor forma de cocinar cada pieza de pollo fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Mary Soco .
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