Seguro te has preguntado por qué cuándo estás enfermo los calditos que te hace tu mamá o abuelita te sientan tan bien. Una respuesta sencilla sería que porque les ponen mucho amor y eso siempre cura; no obstante, detrás de la mejoría que experimentas cuando te los comes hay muchas razones basadas en la ciencia.
Un estudio publicado por el proyecto español Health and Nutrition From Food, especialista y pionero en investigación científica sobre alimentación y salud, asegura que los caldos y sopas son medicinales principalmente porque el factor común de la cocción los vuelve importantes reservas de nutrimentos combinados.
Cada receta será única, dependiendo de los ingredientes con que se prepare. Por lo mismo, las bondades de cada caldo serán variables. Sin embargo, cuando se les hace con vegetales y carnes blancas o rojas, tienen en común el hecho de ser fuentes de fibra natural, así como de vitaminas, minerales y antioxidantes.
¿Qué otras características de los caldos los vuelven tan reconfortantes?
Primero, que son alimentos de fácil digestión, aceleran la producción de serotonina y eso ayuda a conciliar el sueño. Además, son sumamente hidratantes y, como se pueden consumir en cualquier época del año, pueden ser de gran ayuda para regular la temperatura corporal si hace calor o frío.
En el caso específico de los caldos con carne de pollo (o con huesos del animal) hay otro factor que entra a la ecuación: la gelatina contenida en las articulaciones. Ella permite sanar el revestimiento del intestino y sella su superficie, por lo que la digestión se vuelve más fluida.
Esto también ayuda cuando sufres de gripe, ya que el dolor y la inflamación que se padece en una afección de tal naturaleza se calman gracias al sulfato de condroitina de dichas articulaciones.
Otro beneficio de los caldos es que tienen una gran capacidad saciante por sus contenidos sólidos, y pueden ser auxiliares en el control de peso. En el estudio de Health and Nutrition From Food se menciona que después del consumo de sopas existe una tendencia de reducción de la ingesta de calorías diarias hasta en un 20%.
Otra garantía de este tipo de comida es que, debido a que ha de hervir durante un buen tiempo para que se concentren sus sabores, se vuelve una preparación segura e higiénica. Bajo estas condiciones los microorganismos más comunes presentes en carnes, aves o vegetales crudos se destruyen.
En conclusión: sí, quien te prepara el caldo le pone mucho amor y buena sazón para que te sientas mejor cuando lo pruebes, pero también hay mucho más que eso. Después de leer esto seguramente aprenderás a hacer y consumir sopas cada vez con mayor valor nutrimental.
Fuentes: Health and Nutrition From Food | Línea y Salud.
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La noticia Éstas son las razones (científicas) de por qué los caldos de tu mamá siempre te hacen sentir mejor fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Ollin Velasco .
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