Las bebidas, como la comida, están hechas para disfrutarse y lograr que quien las pruebe se lleve una experiencia enriquecedora. Para potenciar el resultado podemos llevar a cabo diferentes prácticas. Con ciertas bebidas, como el vino, ejecutamos todo un protocolo de servicio que, más allá de la pretensión, ayuda a mejorar el momento y el disfrute del mismo.
Lo mismo pasa cuando degustamos algún destilado, por ejemplo un whisky single malt. A éste difícilmente lo mezclaríamos con algún tipo de refresco. Usualmente, al beberlo, lo tomamos “derecho” y tal vez enfriado ligeramente. ¿Pero qué pasa cuando se trata de cerveza?
Muchas veces olvidamos que esta bebida también tiene características que se pueden resaltar; tales como el sabor, el aroma y el aspecto. De acuerdo con Richie Castro, nuestro especialista en cerveza –quien nuevamente fue nuestra guía para entender este tema–, un manejo o servicio inadecuados van a influir de forma negativa en la experiencia.
Según Richie, para disfrutar de una mejor manera dicha bebida es recomendable evitar ciertas malas prácticas para mejorar sus características y poder tener la experiencia tal como el cervecero, al fabricarla, la ideó. A continuación te contamos un poco más acerca de lo que él nos dijo que no es recomendable que hagas:
Beberla si no es fresca (de más de tres meses de antigüedad)
La cerveza es muy parecida al pan. Al consumir éste buscamos que siempre esté fresco y lo mismo pasa con la cerveza. Es decir, el momento ideal para beberla es prácticamente cuando la cerveza sale de la cervecería, ya que así podremos disfrutar de una bebida recién elaborada.
Por tal motivo te recomiendo que al adquirir una cerveza siempre revises las fechas de consumo preferente. Si bien beber una cerveza fuera de fecha de frescura no te hará daño, tal vez no sea la mejor experiencia. Más, si cuenta con sabores rancios o viejos. Lo ideal es buscar cerveza que no tenga más de tres meses de antigüedad.
Pasar por alto que tenga mala apariencia
Al degustar una comida o una bebida está comprobado que todos nuestros sentidos, incluyendo las condiciones del ambiente, influyen en la precepción del sabor. Es por ello que se debe poner mucha atención en la presentación de la cerveza.
Utilizar un vaso adecuado y que esté completamente limpio es cardinal. A simple vista puede parecer que está limpio, pero puede que tenga residuos de jabón, labial, polvo o incluso remanentes de la cerveza anterior. Esto hará que el aspecto de nuestra cerveza se vea comprometido, generando poca o nula espuma.
Otro indicio de que nuestro vaso tiene una deficiencia en la limpieza es ver burbujas adheridas en los costados. Finalmente, la espuma en la cerveza sirve para mantener aromas y sabores por más tiempo, por lo que al verter la cerveza debe generar idealmente un par de centímetros de espuma.
Tomarla a pesar de tener una temperatura inadecuada
Este aspecto es de suma importancia. Por mucho tiempo nos han vendido la idea que la cerveza, mientras más fría, mejor. Nada más alejado de la realidad. Cada estilo de cerveza tiene su temperatura de servicio para poder disfrutar sus características.
Para cervezas ligeras, no mayores a 5% de ABV, se recomienda una temperatura entre 3 y 5 °C. Cervezas de mayor complejidad, entre 7 y 10 °C. Las de alta graduación alcohólica y mayor complejidad se recomiendan entre 10 y 15 °C.
Otro aspecto a considerar es la temperatura de los vasos. Lo más recomendable es hacer uso de recipientes que estén a temperatura ambiente, pero también podemos refrescarlos con un poco de agua antes de servir la cerveza. Esto además de ayudar como lubricante va a fomentar la retención de espuma.
Es importante evitar vasos, tarros congelados o escarchados, ya que al servir la cerveza de esta manera esta comenzará a espumar demasiado complicando el servicio. También promueve bajar demasiado la temperatura, ocasionando que se adormezcan tus papilas gustativas y que no tengas la experiencia que deberías.
Vertirla en un recipiente, sin conocimiento previo
Para realizar un servicio adecuado, sin importar si la cerveza es de barril o de botella, se sugiere sostener el vaso en un ángulo de 45° y verter la cerveza cuidadosamente por un costado. Cuando el líquido llegue aproximadamente a la mitad, lentamente se debe de ir regresando el vaso a la posición vertical, así como continuar sirviendo la cerveza justo en el centro del vaso para generar los dos centímetros de espuma (puede ser mayor en cervezas altamente carbonatadas).
Estas son algunas prácticas que se te sugieren para que beber cualquier bebida, alcohólica o no alcohólica, sea un placer. Es muy importante que, tanto consumidores como personas que trabajan en la industria, tengan conocimientos básicos sobre el servicio de la cerveza. Solo así irá permeando entre todos una mejor cultura de consumo.
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La noticia Cosas que nunca debes hacer al degustar una cerveza fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Richie Castro .
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