Ya saben ustedes, que si hay algo que le da un cambio drástico a nuestros platillos son las hierbas aromáticas, y que la diferencia entre agregarlas o no es realmente abismal. En nuestra cocina, usamos distintos tipos de hierbas aromáticas o especias: pasando por la indispensable pimienta, hasta el perejil, el cilantro, la albahaca, el epazote, el tomillo, la hierbabuena y el orégano, por mencionar algunos.
Si bien, el cilantro y el perejil los encontramos todo el año frescos, y los usamos tan frecuentemente, es poco probable que estas hierbas se nos echen a perder por no usarse y es quizá preferible tener unas pequeñas macetas en casa con ellas. Pero hay otras hierbas, de sabor muy específico y fuerte, como el epazote y el tomillo, que usamos solo unas cuantas hojas, y el resto quedan en el olvido. Por esta razón, es justo, para el medio ambiente, que aprendamos a secar las hierbas aromáticas para así tenerlas siempre a la mano.
Durante la primavera y el verano, es la época perfecta para secar nuestras hierbas aromáticas, pues muchas de ellas se desarrollan con mayor fulgor durante esta temporada, y es cuando dan lo mejor de su sabor, aroma y color. El proceso para secar hierbas aromáticas es muy sencillo.
Lo primero, es separar las hierbas aromáticas en pequeños racimos unidos por un poco de hilo o rafia, para posteriormente, recortar un par de centímetros al tallo de cada rama, para posteriormente, con un clavo, un alfiler o incluso un listón, colgarlos en un lugar alto y seco, que lo mismo puede ser una pared, un librero, la agarradera de un gabinete o incluso un tendedero, procurando dejar un espacio mínimo de 10 centímetros entre racimos.
Al formar los racimos, hay que procurar escoger las mejores ramas, cuidando de que estén en perfecto estado, con un color atractivo, sin manchas y retirar aquellas hojas que se han marchitado o podrido, así como cualquier impureza que puedan tener. De ser necesario, enjuágalas suavemente con agua fría y escurrirlas perfectamente.
Después de unos días de que comiencen a secarse las hierbas, los racimos de hierbas se contraerán un poco debido a la deshidratación que sufren los tallos, por lo que será necesario apretar un poco el hilo o listón con el que lo hallamos amarrado.
En el caso del cebollín, habrá que recortar sus tallos y colocarlos sobre una superficie plana durante una semana, expuestos al aire, y procurar remover cada dos días para lograr que todas las partes queden expuestas.
Por último, antes de guardar las hierbas en una bolsa resellable o algún frasco hermético, hay que asegurarse de que las hierbas están completamente secas, puesto que cualquier resto de humedad puede provocar la formación de moho.
Ahora bien, algunas hierbas se secan más rápidamente que otras. Las que más rápido lo hacen son el laurel, el romero y el tomillo. Todos estos, regularmente conservarán su color y forma después de haberlas secado. Por otro lado, hierbas como la albahaca, el perejil, el cilantro, la menta y la hierbabuena son más delicadas, puesto que la humedad les afecta más rápidamente.
Como consejo, evita secar las hierbas en lugares donde haya altos grados de humedad, como los baños o la cocina. Y aunque es un proceso sencillo, algunas veces notarás que algunas hierbas desarrollan moho antes de secarse, y eso sucede debido a la humedad, y probablemente haya que empezar de nuevo.
En Flicr | Caitlin Regan | Steven Depolo
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La noticia Cómo secar hierbas aromáticas en casa para aprovecharlas como especias fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Mary Soco .
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