¿Sabías que existen 97% de probabilidades de que el aceite de oliva que consumes en casa viene de un país europeo? Cuando se viaja por los países del sur de Europa, como España, Francia, Italia o Grecia una de las cosas que saltan a la vista es la gran cantidad de olivos. Éste árbol milenario ha resistido el paso de todas las grandes civilizaciones de la cuenca del mediterráneo para convertirse en uno de sus mejores símbolos.
Entre los diferentes tipos de aceites vegetales, el de mayor antigüedad es el aceite de oliva. Si anteriormente te habíamos presentado las principales características del aceite de oliva, es interesante conocer un poco más de su historia y sus orígenes. Más allá de un producto que se usa en la cocina, el árbol de olivo y el aceite extraído de su fruto representan un elemento indispensable para comprender la evolución de las culturas que surgieron y se desvanecieron alrededor de todo el Mediterráneo.
Un poco de historia
Se tienen los primeros indicios de la fabricación de aceite de oliva en la región oriental del Mediterráneo, en zonas que abarcan lo que hoy son países como Siria, Líbano o Egipto. Esto nos ubica a unos cuatro mil año A.C. para seguir un camino costeño que nos lleva por Grecia, Italia hasta llegar a las costas españolas. Así mismo, la invasión de gran parte del sur europeo por los árabes y el desarrollo del comercio en la cuenca del mar Mediterráneo, llevó a un incremento notable del cultivo del árbol del olivo y por consiguiente de la producción del aceite de su fruto.
En la Grecia antigua, el olivo era un árbol venerado y ligado a los dioses, mientras su uso podía expandirse a procesos mortuorios como el embalsamiento de los difuntos. Parecería hoy un dato curioso pero era de buena surte enterrar a un muerto con vasos de aceite de oliva. En el judaísmo y la religión cristiana las referencias al olivo y su fruto son extensas, usándose también el aceite en la unción sagrada. Para los ortodoxos griegos, por ejemplo, el aceite de oliva se usa también para el bautizo.
Un proceso de producción milenario
El proceso de producción del aceite de oliva se divide principalmente en tres etapas conocidas como la limpieza, la molienda y el batido. Los procesos se han modernizado y la tecnología ha aportado sus mejoras en cada etapa de la producción. Sin embargo, se ha mantenido una preocupación por respetar los métodos tradicionales para ofrecer un producto único. En paralelo a la explotación industrial, ha florecido una infinidad de molinos artesanales que mantienen vivas las tradiciones ancestrales.
Otra característica que une a todos los países del Mediterráneo en la producción del aceite de oliva es su respeto por un proceso de producción que privilegia la calidad del mismo. Si es indiscutible que los aportes tecnológicos han mejorado la producción del aceite, la filosofía en los procesos básicos sigue siendo la misma con el único propósito de ofrecer al consumidor un producto natural de agradable color y aroma.
Un motor económico
Sin el aceite de oliva, muchos países tan importantes como España o Italia no hubieran tenido el auge que conocieron a lo largo de su historia. Todavía hoy, la producción de aceite de oliva representa una parte muy importante del motor económico de estos países mediterráneos. De España hasta las costas del Líbano pasando por Turquía, no podríamos hoy concebir el desarrollo de todas esas civilizaciones sin el comercio del aceite de oliva.
Según cifras del Consejo Oleícola Internacional, la producción anual de aceite de oliva representó en 2017 la impresionante cifra de tres millones de toneladas. En esta industria, España ocupa el primer lugar en producción seguida por Italia y Grecia mientras que los demás países productores representan volúmenes menores. Por su parte, México produce menos de cinco toneladas de aceitunas al año y cuyo aceite se vende de manera casi anecdótica en mercados locales. Las dos regiones productoras son Baja California y Sonora debido a las condiciones climáticas favorables.
Un atractivo turístico
Cuando viajas por los países del sur de Europa, el aceite de oliva es más que un simple producto local o un ingrediente de cocina. Es parte misma de la experiencia gastronómica que puede vivir en esta región. Así, puedes visitar a molinos que usan métodos tradicionales de extracción, realizar degustaciones y descubrir otros productos relacionados como las pastas de aceitunas.
De la misma manera te sorprenderás por la gran variedad de usos que se le puede dar a una simple aceituna como la elaboración de jabones, aceites corporales y hasta bebidas alcoholizadas con extractos del mismo fruto. La ruta del aceite del oliva por la cuenca del Mediterráneo es una manera diferente de descubrir culturas que están alejadas pero de las cuales estamos ligados en muchas maneras.
En conclusión
Tras conocer todo lo que hay detrás de un simple aceite, comprenderás que el aceite de oliva, que tienes en tu despensa y usas en tu cocina, tiene una historia y un importancia geográfica que va mucho más allá del ingrediente de cocina. Es sin duda alguna uno de los elementos trascendentes en la creación de enlaces entre culturas y civilizaciones de la cuenca del mar Mediterráneo. Aunque nos pueda parecer hoy como un dato lejano en el tiempo y en el espacio, de este "lado del charco" estamos inevitablemente ligados también a su historia.
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La noticia El aceite de oliva, más que un ingrediente de cocina es una parte de la historia universal que nos llega desde el Mediterráneo fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Philippe Saez .
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