En numerosos pueblos y pequeñas ciudades mexicanas se hace coctelería artesanal de nivel, y que no ha sido tan valorada como debería. Sin necesidad de bitters, shakers ni recetas complejas, en numerosos puntos del país hay bartenders anónimos que preparan tragos deliciosos y con licores nacionales artesanales.
A continuación, un listado de algunos de los más sobresalientes y que te podrías encontrar en cualquier puestecillo, cantina o comedor a orilla de carretera:
Bertas
Taxco, Guerrero
Se trata de la bebida por excelencia de dicho pueblo mágico. Adquirió el nombre de su creadora, Berta Estrada, quien en 1930 lo hiciera por primera vez en el bar homónimo.
El trago se prepara con tequila blanco, agua mineral, miel de abeja y limón verde. Va servido en un vaso alto, con muchos hielos, y es perfecto para sobrevivir al calor del lugar. A pesar de que Guerrero es un estado donde predominantemente se bebe mezcal, en este Pueblo Mágico no hay coctel más oficial que una Berta.
Si vas, asegúrate de agarrar buena mesa, para que tengas vista hacia la iglesia de Santa Prisca.
Pasitas
Puebla, Puebla
Son oriundas de una cantina viejísima del centro de la ciudad de Puebla, que lleva el mismo nombre. Desde 1916 —sólo seis años después de que iniciara la Revolución Mexicana—se les prepara con licor de uva pasa, servido en un caballito diminuto. Adentro llevan un palillo con una pasa y un cuadrito de queso fresco pinchados.
El sabor dulce del alcohol va perfecto con lo salado del queso, así que hay quienes repiten y vuelven a repetir la dosis. Según cuenta el hombre que atiende el lugar, inicialmente eran tragos “camineros” y luego la gente ya iba a probarlas por el puro gusto de volver.
Sólo cuidado: las Pasitas son engañosas.
Garañona (o Verdecitos)
Metepec, Edomex
Es la bebida icónica del también Pueblo Mágico. Se trata de una creación familiar de los Pineda, que tiene como base ## aguardiente y 12 ingredientes, entre las que destacan el cedrón, cáscara de limón y miel. Por ser ellos los únicos que lo producen en su bar, nunca han dado a conocer la receta completa. Eso ha provocado que se especule mucho al respecto: hay quienes aseguran que la Garañona tiene hasta mariguana.
El coctel, que antes se servía en raciones muy pequeñas, hoy ya se consume acompañado incluso de shots de tequila, así como en presentaciones de un litro. Sólo lo encuentras en el Bar 2 de Abril, del centro de la ciudad.
Monjas Tehuacán, Puebla
Es un granizado fino que se sirve en vasos, y que lleva rompope, leche, rodajas de durazno o fresas en almíbar, galletas y un toque extra de aguardiente de caña. En Tehuacán la gente decide si quiere o no éste último complemento etílico —lo más común es que sí lo tenga—, pero como sea sabe muy bien.
Una Monja siempre está disponible en los carritos ambulantes que deambulan por la ciudad, y son perfectos para el calor que caracteriza a esta zona semiárida del estado. Lo usual es que primero muerdas el durazno en almíbar y luego tomes traguitos de la bebida. Así tendrás todos los sabores juntos en tu boca.
Toritos
Veracruz
Es un coctel que se prepara y consume en todo el estado. Su base es alcohol de caña de azúcar, preparado con una base de leche y distintos ingredientes de consumo frecuente en la entidad. Por tratarse de Veracruz, los más usuales son café, cacahuates, jobos y coco. Idealmente se sirve con hielos y en vasos pequeños.
Su nombre, según cuentan los amantes de trago, proviene directamente de los trabajadores y jornaleros del azúcar de caña. Cuando regresaban a casa después de largas jornadas laborales bebían esta mezcla y se recuperaban de todo el día. Se sentían de nuevo como “toros”.
Ponche de granada
Sayula, Jalisco
La raicilla es el licor por excelencia de esta zona de Jalisco. Técnicamente es un mezcal preparado con agaves del lugar, pero por la cuestión de las denominaciones de origen no se le puede llamar como tal.
Los habitantes de Sayula preparan este coctel artesanal mezclando ponche de granada —para el que se hierven juntos granada, jamaica concentrada y cacahuates— con la raicilla, y sirviéndola con hielos.
El trago es tan popular, que la gente lo hace en casa para refrescarse y marearse un poquito mientras tanto.
Café de olla picado
Oaxaca, Oaxaca
Es una delicia que se toma en todo el estado, pero especialmente en los pueblos de la Sierra Norte, Cañada y Valles Centrales. El café de olla picado no es más que una porción de esta bebida caliente, con un chorro generoso de mezcal.
El Café de olla picado suele servirse en tazas de barro —por alguna extraña razón sabe más rico– y se acostumbra en noches frías: alrededor de una fogata o al final de cualquier reunión familiar. Aunque no lo creas, en la Ciudad de México hay lugares de mixología donde hacen cocteles que emulan esta receta. Tú mismo podrías hacerla en casa.
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La noticia Cocteles artesanales que se hacen en pueblos de México, ¡y que no conocías! fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Ollin Velasco .
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