A pesar de que cada vez es más común escuchar hablar de los probióticos, para muchas personas todavía resulta difícil de digerir que existen bacterias buenas que ayudan en la digestión y mantienen una salud intestinal adecuada. Un intestino normal y sano tiene aproximadamente 100 trillones de microorganismos (microflora) que representan más de 500 especies diferentes. Su principal función es mantener a los patógenos (microorganismos dañinos) bajo control, ayudar en la digestión, absorber nutrientes y contribuir en la función inmune.
Desde mediados de los noventas, varios estudios demostraron que la terapia con probióticos puede ayudar a tratar diferentes padecimientos gastrointestinales, detener el desarrollo de alergias en niños, y tratar y prevenir infecciones vaginales y urinarias en las mujeres. Es importante destacar que no todos los probióticos actúan igual, cada cepa tiene un efecto diferente. Por ejemplo, una cepa puede luchar contra organismos causantes de caries en la boca y no es necesario que sobreviva el viaje hasta los intestinos.
Sin duda, el tratamiento de la diarrea es el mejor caso de la terapia probiótica. Varios estudios han demostrado que Lactobacillus GG puede reducir la duración de las diarreas en bebés y niños (pero no en adultos), especialmente la diarrea asociada a antibióticos. Algunos estudios sugieren que ciertas cepas probióticas también ayudan en la colitis ulcerosa leve a moderada (un tipo de enfermedad inflamatoria del intestino) y posiblemente para la hinchazón y el gas en el síndrome del intestino irritable.
¿Qué alimentos contienen probióticos?
Principalmente los productos lácteos fermentados o cultivados. Otras fuentes de probióticos incluyen miso, tempeh, bebidas de soya, suero de leche y leche fermentada. Las bacterias se producen naturalmente en estos alimentos o se agregan durante la preparación. Los probióticos también están disponibles como suplementos dietéticos en cápsulas, tabletas o en forma de polvo.
Estas son las variedades más comunes de probióticos, Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus bulgaricus, Lactobacillus casei, Lactobacillus gasseri, Lactobacillus plantarum, Bifidobacterium bifidum, Bifidobacterium lactis, Bifidobacterium longum, Enterococcus faecium y Saccharomyces boulardii. Seguramente has escuchado sobre el Bifidus regularis, un nombre creado con fines comerciales por Danone, aunque el nombre cientifico es Bifidobacterium animalis DN-173 010. Esta variedad de probióticos se usa exclusivamente en los productos Activia de Danone, que según Danone evitan el estreñimiento. Ten en cuenta que para que un yogurt se considere probiótico, debe contener una de las cepas mencionadas anteriormente. Todos los yogures deben ser tratados con las cepas Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus.
Los probióticos generalmente se consideran seguros, ya que están presentes en un sistema digestivo normal, aunque es posible que existe un riesgo para las personas con una función inmune deteriorada. Antes de probar un probiótico, asegúrate de que los ingredientes estén claramente marcados en la etiqueta, ya que no hay forma de juzgar la seguridad de las mezclas no identificadas.
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La noticia Los beneficios de consumir probióticos fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Sweet Cannela .
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