Puede que el uso del jengibre fresco no esté muy arraigado en nuestra cultura culinaria, sin embargo, es buena idea usarlo de vez en cuando por los múltiples beneficios que provee a nuestro organismo, sin mencionar, el extraordinario sabor que le brinda a los alimentos.
Sé que muchas personas prefieren el jengibre molido, pero en lo personal me decanto por un buen trozo de jengibre fresco, que no es caro y que es fácil encontrar en la sección de frutas y verduras del supermercado. Además, es muy fácil pelarlo y cortarlo o rallarlo, dependiendo de cómo lo necesitemos para preparar nuestros platillos. Veamos cómo comprar, almacenar y utilizar el jengibre.
¿Cómo comprar y almacenar el jengibre?
Cuando vayamos a comprar jengibre fresco, debemos buscar raíces firmes y pesadas, sin partes blandas. De preferencia debemos buscar el jengibre joven, que es mucho más pequeño y tiene una piel sensible y menos fibrosa, y un sabor más intenso. Para guardarlo y conservar lo mejor de sus propiedades durante más tiempo, nada como meterlo en una bolsa de plástico y meterlo al refrigerador.
¿Cómo utilizarlo para cocinar?
Para utilizar el jengibre al cocinar nuestros alimentos, lo más común es quitarle la piel, lo cual podemos hacer fácilmente con una cuchara. Simplemente, hay que raspar el borde de la cuchara contra la piel del jengibre y jalarla sobre la superficie del jengibre. Otra opción es utilizar un pelador de verduras o bien hacerlo con ayuda de un cuchillo; sin embargo, es mejor usar una cuchara pues es más fácil que alcance las curvas de la base y los contornos.
Como lo más común es encontrar jengibre fibroso, también es necesario después de pelar, cortar el jengibre en rebanadas, luego en juliana y luego en dados, de esta manera se cortan las fibras largas del jengibre, logrando que su textura sea mucho más agradable al paladar. Una alternativa, es rallarlo con el rallador más fino que tengamos en casa.
¿Cómo incorporarlo a nuestras comidas?
Hay muchas formas de incorporar el jengibre fresco a nuestros platillos. Uno de los usos más comunes es en los salteados. En lo personal, la mejor manera de utilizarlo en este tipo de platillos es freír el jengibre cortado en rebanadas o en julianas, o bien rallado, en aceite caliente antes de agregar los demás vegetales, lo cual hará le dará un sabor muy intenso.
Si optamos por rallarlo, su sabor penetrará en una mayor superficie de los alimentos, pues se incorpora con completo en el platillo preparado. También podemos usarlo en sopas, para lo cual solo es necesario pelarlo y cortarlo en rebanadas, agregarlo a la sopa hirviendo y retirarlo antes de servir.
Si lo que buscamos es agregarlo a postres horneados, lo mejor es cortarlo muy finamente o mejor aún, rallarlo para convertirlo en una pasta tersa. Es excelente para preparar galletas y pasteles, y quizá no lo sepas, pero acompaña muy bien al chocolate, de modo que puede también agregarse a los clásicos brownies.
Otra gran opción es agregarlo a infusiones y tés, e incluso a licuados y smoothies, principalmente aquellos que entre sus ingredientes llevan manzanas o limones. Por último, no es recomendable utilizar el jengibre en gelatinas, pues su incorporación evitará que la gelatina cuaje.
Imágenes | Pixabay
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La noticia Lo que necesitas saber acerca del jengibre fue publicada originalmente en Directo al Paladar México por Mary Soco .
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